Mi experiencia como critico de cine

12/03/2016

Allí estaba yo, esperando en una sala de cine para ver una película de la cual no había oído hablar en mi vida invitado por un medio, había comenzado mi etapa como crítico de cine y yo sin enterarme. Aunque la verdad la palabra «critico» me viene un poco grande, en ningún momento me considero un experto en la materia y aunque es verdad que lo hacía por el amor arte, eso no me eximia de hacer el trabajo de manera responsable. Pero supongo que algo en mi interior me llevo a dejar mis posaderas en esa butaca con el único de propósito de saber cómo funcionaban las distribuidoras y exhibidores. Tras este pequeño inciso pasare a enumerar alguna de mis experiencias vividas y que os servirán por si algún día os pica el gusanillo.

Para ser crítico de cine necesitas residir en Madrid o Barcelona, tener las mañanas libres y sobre todo que te apasione el séptimo de arte, si no cumples alguna de estas condiciones me temo que tus posibilidades de acudir a pases de prensa son bastante reducidas. Es lógico que películas de ámbito nacional se proyecten para la prensa en las dos principales ciudades para abaratar costes, además de que muchos medios de comunicación también residen en estas mismas, en ese aspecto las cartas ya vienen marcadas. En cuanto a lo de ir a los pases por la mañana es simplemente porque las salas se encuentran disponibles en esos horarios, ir a ver una película nada más desayunar es soporífero pero el ser de los primeros en verla puede resarcirte un poco por el madrugón.

Un critico de cine moderado. Ve la pelicula y se vuelve a casa con la parienta

Normalmente estos pases son de lunes a miércoles y si es un estreno mundial simultaneo pues se apura a la mañana del jueves para evitar filtraciones. En el aspecto de la seguridad creo haber presenciado de todo: vigilantes deslumbrando al público buscando algún espectador sospechoso o tener que pasar por arcos de seguridad con su posterior chequeo son algunos ejemplos. Esta psicosis por evitar ser pirateado les ha llevado en muchas ocasiones a proyectarlas en sus propias oficinas, aunque no reúnan las condiciones idóneas para una plena experiencia, lo cual puede entristecer a los puristas. En el lado positivo puedo decir que suelen portarse bien dando algún que otro detalle para camelarnos o invitándonos a otro tipo de eventos.

En primer lugar, tengo que decir que hay grandes diferencias entre las grandes distribuidoras y las que son, por así decirlo, más independientes. Las primeras son las que parten el bacalao en cuanto a donde proyectar sus películas, que fecha de estreno imponer y sobretodo quien puede acudir a sus pases. No os sintáis intimidados con esto último que acabo de comentar, no estigmatizan a los medios que realicen críticas negativas, es más, ellos mismos te confiesan en ocasiones que algunas películas son algo malas, pero saben que su maquinaria de promoción les acaba allanando el terreno: ¿Creéis que la crítica negativa a Star Wars de Carlos Boyero os quito las ganas de verla?, por otra parte, hay que decir que los pases siempre son en versión original y que si tienen la versión 3D no tendrán en reparos en proyectarla en ese formato.

Este es el tipico critico que la pone a caldo antes de finalizar la proyeccion

Ahora bien, si bajamos a las catacumbas donde habita ese cine no tan comercial, que a duras apenas es visible para el común de los mortales, veremos las cosas desde otro punto de vista nada halagueño. Por ejemplo, el cine iberoamericano prácticamente proyecta sus estrenos en la clandestinidad y haciendo uso de embajadas por falta de recursos, lo cual me entristece cuando en mas de una ocasión me han dado alguna que otra grata sorpresa. ¿Y nuestro cine? bueno, siendo sincero tengo que decir que no son profetas en su tierra, muy pocas pasan del aprobado y si las ponemos a competir con cualquier producción mas arriba de los Pirineos - el cine francés mismamente - pues acaban perdiendo irremediablemente.

Mentiría si dijera lo contrario, pero este cine de bajo presupuesto es con el que mejor he congeniado y disfrutado a la hora de escribir. No se cómo expresarlo, pero como que se respiraba una mayor complicidad, en estos pases acuden personas más veteranas que pueden ver fácilmente 4 películas diarias y ese bagaje quieras que no se nota. Es lógico que no tengamos las mismas sensaciones viendo un film con un público experimentado que con las colegas un sábado por la noche, la risa fácil de una comedia no es tan espontánea y la mirada fría e impasible no nos permite soltar una lágrima como nos gustaría. Son las desventajas de ser crítico de cine, acudirás a pases que no te interesan pero que te curtirán para aprender a disfrutar de todos aquellos detalles que pasaste por alto en otras películas.

En estos pases de prensa he visto de todo y cuando digo de todo es de TODO

No me puedo ir sin recodar a toda esa gente que participa en este tipo de eventos: estudiantes de comunicación audiovisual, blogueros que les apasiona el cine y presentadores de programas radiofónicos entre otros. Agradecer a Mystica por su paciencia y por permitirme colaborar con ellos, igual mi implicación bajo irremediablemente cuando se cruzaron asuntos personales pero aprendí mucho, de eso estoy más que seguro. Me sigue apasionando el cine como el que más, mis horas de sueño perdidas por ver la pasada gala de los Oscars en Callao lo acreditan, pero esa ilusión siempre que chocara con la falta de tiempo del que dispongo. Nunca olvidare esas mañanas acudiendo a los cines Renoir y los Cines Golem, estos últimos organizan los mejores pases que se puedan hacer en Madrid. En cuanto a las distribuidoras solo puedo decirlas que por lo que más quieran se quiten de la cabeza esa idea de hacer pases de prensa delante de un ordenador.